jueves, 24 de junio de 2010

El país de origen marca la diferencia III

Por último, queda por señalar algunas características de la inmigración asiática. Los inmigrantes procedentes de este continente son los de menor número. Su edad media ronda los 30 años y tienen una inmigración fundamentalmente familiar. El núcleo con mayor representación en nuestra Comunidad es el procedente de China. “Este tipo de inmigración”, señala Boelhoff, “es muy familiar, de clan”, lo que coincide con las características generales de los asiáticos, “generalmente la inmigración es un proceso muy pensado y estructurado. Primero un miembro de la familia que se establece… un proceso. Los chinos vienen todos a la vez, toda la familia al mismo tiempo. Vienen como empresarios, con lo que deben traer hecho un proyecto empresarial. Es un trámite muy complicado para el resto de inmigrantes, sin embargo ellos deben tener algún tipo de red que les facilita el estudio empresarial”. Castilla y León también es el destino de personas procedentes de India o Filipinas. Son principalmente mujeres y, muchas de ellas, vienen a nutrir la falta de vocaciones en conventos religiosos.

El país de origen determina, generalmente, la manera de plantear el proceso migratorio y resulta primordial para observar las características de los diferentes grupos en distintos momento. “La inmigración es un largo proceso que dura años”, comenta Maza Sanz, “hay que tener en cuenta que las cifras no solo muestran la llegada de inmigrantes, sino que reflejan asentamientos anteriores”.

Dentro de un análisis más general, independientemente de la procedencia o los niveles de formación, el aporte migratorio extranjero tiene como consecuencia directa un rejuvenecimiento directo e inmediato de la población activa. Las dos terceras partes de los trabajadores inmigrantes se concentran en los grupos de población activa joven, mientras que entre los castellanoleoneses es del 51%. Aunque este aumento resulte muy provechoso para la Comunidad, Maza Sanz es cauta y destaca la importancia de los países de procedencia en la fase de adaptación: “cuando existen grupos numerosos comienzan a desarrollarse las relaciones de endogamia y exogamia. Por ejemplo, si en una clase de 20 alumnos hay 2 niños colombianos lo más probable es que se integren en el grupo como uno más. Si en cambio hay 10 niños colombianos lo más seguro es que las relaciones en el aula se desarrollen de otra manera”.

El país de origen marca la diferencia II

En números absolutos, América es el continente del que todavía procede la mayor parte de los inmigrantes. Se trata de una población muy joven donde no escasean los menores de edad. Dentro del amplio conjunto americano es preciso diferenciar entre los que proceden de Canadá y Estados Unidos, donde encontramos familias con hijos además de jubilados, y el resto de América. En lo que se refiere a la inmigración procedente de América Central y Suramérica, por lo general, tiene una media de edad que ronda los treinta y es, en su mayoría, femenina. Maza Sanz coincide con el estudio al señalar que “Colombia y Ecuador tienen las poblaciones más numerosas”. Sin embargo, la socióloga también destaca la problemática actual que estos colectivos viven actualmente “la idea del retorno a su país en el año 2002 era para muchos una posibilidad remota o no se contemplaba. Hoy, es una realidad para gran parte de los latinoamericanos porque no encuentran salida a su situación. Han perdido el empleo, tienen grandes dificultades para encontrar otro, se les terminan las ayudas como el paro y tienen problemas para pagar el alquiler o una orden de desahucio”

Por otra parte, la mayoría de los extranjeros que llegan a la Comunidad no procede directamente de su país “en general” señala Boelhoff “la inmigración que llega a Castilla y León ya lleva tiempo en España. Hay algunas excepciones, como los reagrupados o menores de edad, pero son las menos.” La Red Acoge, donde trabaja Boelhoff, atiende a inmigrantes en varios centros de la Comunidad, además de tener representación en toda España, lo que le lleva a asegurar “que los de Ecuador vienen principalmente de la zona del Levante y Murcia, mientras que los de Brasil lo hacen vía Portugal, donde tienen una residencia más o menos legal”.

Otro de los núcleos de mayor representación es el procedente del norte de África. Marroquíes y argelinos suelen agruparse en comunidades numerosas, donde se refleja un alto porcentaje de menores de edad. Este hecho confirma la naturaleza familiar de este tipo de inmigración que destaca con el hecho de que haya, al menos, dos hombres por cada mujer. “Una de las razones para encontrar más hombres”, afirma Maza Sanz “es que las mujeres marroquíes solas o con hijos menores a cargo se encuentran con muchos obstáculos debido a prejuicios de la población española y de sus propios compatriotas, lo que les dificulta acceder a un empleo, alquilar una vivienda…”

Por lo que se refiere al resto de África es menos significativa, aunque destaca la comunidad de Cabo Verde, protagonista de los flujos migratorios hacia León en los setenta. Esta comunidad está bien asentada y perfectamente integrada. Consecuentemente, también tiene un mayor número de mayores de 65. Respecto a los recién llegados Boelhoff asegura que “parte ya lleva varios años en España” aunque también destaca la realidad de los “vuelos desde Canarias que, al no poder hacer frente a tanta inmigración, envía a extranjeros procedentes de África hacia la península desde donde se reubican”.

El país de origen marca la diferencia I

En ocasiones, tiende a hablarse de la inmigración simplemente a través de estadísticas y se olvida la existencia de situaciones y experiencias muy diferentes. El lugar de procedencia puede desvelar algunas pistas que ayudan a entender las diferentes realidades. Gracias a la interpretación de varios datos facilitados por el Padrón Municipal, el último informe sobre inmigración del CES (Consejo Económico y Social) de la Comunidad de Castilla y León, trata, entre otros muchos análisis, de perfilar las características de los diferentes extranjeros por país de procedencia y describir las peculiaridades de los diferentes grupos humanos. “Lo primero para abordar esta cuestión”, afirma la socióloga Henar Maza Sanz, “es tener en cuenta que no solo influyen las características concretas de los diferentes grupos, sino también nuestra percepción. Físicamente algunos europeos pueden parecernos españoles, pero están aquí”.

De hecho, más del 40% de los inmigrantes en Castilla y León son Europeos. Aunque las migraciones procedentes de países de dentro y de fuera de la Unión Europea son muy diferentes (ha de recordarse que cuando el informe fue publicado Rumanía y Bulgaria aun no formaban parte de la UE). Entre los que vienen de la UE abundan profesionales cualificados que se instauran en la región debido al trabajo. Sin embargo, su edad media es significativamente mayor que la del resto de inmigrantes, debido a su alto porcentaje de personas mayores. La excepción más destacada es Polonia, con una ausencia casi total de mayores.

Muy diferente es el caso de los rumanos y búlgaros. El abogado especialista en inmigración de la Red Acoge Eduardo Boelhoff Carbajo confirma que “la facilidad que da la Unión Europea para la movilidad hace que rumanos y búlgaros decidan volver a España con la entrada de sus países en la UE. Anteriormente, habían decidido marcharse puesto que en sus países de origen podían vivir mejor. Con la equiparación al euro, la vida allí es igual de cara, pero el nivel de vida es más bajo. Lo mismo ocurre con los sueldos.” Ambos países presentan una inmigración principalmente masculina. El informe confirma que, no obstante, también abundan parejas con hijos. Es frecuente que, aunque llegue primero el marido, al poco tiempo se produzca el reagrupamiento familiar. Estos colectivos, los rumanos en especial, son en su mayoría mano de obra poco cualificada. Principalmente son inmigrantes jóvenes, en torno a los 32 años, cuya meta, por lo general, es la obtención de un puesto dentro de las llamadas Ocupaciones Elementales (construcción, hostelería…). La situación económica actual, como señala Sanz Mata, no afecta negativamente a este tipo de inmigración: “con la crisis económica se podría pensar que muchas de estas personas están volviendo a sus países de origen, pero no es así. En el caso, de Bulgaria y Rumania la situación económica también afecta a sus países y España, en comparación, se encuentra en una posición que resulta más ventajosa. Por ejemplo, la comida allí cuesta lo mismo pero los salarios siguen siendo mucho más bajos”.

martes, 15 de junio de 2010

Trabajar la mirada

A lo largo de la historia las sociedades han ido evolucionando gracias al contacto de unas culturas con otras, por lo que a la hora de hablar sobre inmigración, hay que partir de la premisa de que diversidad cultural es siempre oportunidad para enriquecernos mutuamente.

Actualmente fruto de la inmigración, España se ha convertido en un lugar de encuentro de culturas, y por lo tanto la realidad de nuestras ciudades y barrios está cambiando. En las grandes ciudades como Madrid, Barcelona o zonas litorales del país donde la actividad económica es mayor, el encuentro con personas de diferentes nacionalidades es algo frecuente. Sin embargo, en zonas como Castilla y León es una realidad a la que estamos menos acostumbrados, pero que está empezando a hacerse más visible en estos últimos años y que nos está planteando nuevos retos de convivencia.
Desde mi propia experiencia en este ámbito, a día de hoy la imagen social de la inmigración a pesar de haber mejorado, se encuentra avanzando más apresuradamente hacia un etiquetamiento negativo, puesto que seguimos guiándonos por nuestras percepciones equivocadas y cayendo en los estereotipos, lo que se traduce finalmente en actitudes de rechazo o discriminación. Estas siguen siendo las mayores barreras, las que se encuentran en nuestra mente, y que se perciben frente al miedo a lo desconocido y a la necesidad de competir por la supervivencia ante la mala distribución de los recursos, incrementándose en estos tiempos de crisis.

En general, parece darse una conciencia colectiva de que el color de la piel, la apariencia cultural o procedencia, no define la manera de ser y actuar de la persona, pero sin embargo se sigue cayendo en el prejuicio, es decir, en opiniones sin fundamento ni conocimiento previo de la persona inmigrante en su individualidad. Además pese a ser conscientes de que no existen culturas inferiores ni superiores, y de que debemos llegar a tener buenas relaciones de ciudadanía, a menudo esto es aceptable siempre y cuando no nos repercuta y se mantenga cierta prioridad con la población nacional. De la misma forma, también hay una tendencia a aceptar a las personas inmigrantes en función de nuestros intereses, en cuanto a trabajadoras, pero no en cuanto a ciudadanas con los mismos derechos y deberes. No hay problema si trabajan para el campo o cuidan de la población mayor, pero nos incomoda cuando ocupan los parques del barrio o si viven a nuestro lado.

Es evidente por ello, que seguimos necesitando trabajar “la mirada” tanto de la población de acogida como de la de llegada, para ser capaces de percibir que la inmigración a pesar de ser fruto de las desigualdades que los propios seres humanos hemos generado, nos está dando la oportunidad de construir una única civilización que rompa barreras, que una horizontes, basada en el encuentro intercultural, en el intercambio de costumbres, tradiciones, religiones, formas de vida, etc. donde podamos entender la necesidad de interdependencia de todas las culturas y crear una identidad viva, justa y digna para toda persona.

Mayte Pedroso Martín, Trabajadora Social de ASOMI (Asociación de Mediación Intercultural)

lunes, 14 de junio de 2010

"La clave reside en las personas" III

Entrevista: Jesús Puente García Coordinador de las clases de Español para Inmigrantes en Procomar

Ha vuelto hace seis años ¿cuáles son los principales cambios que ha visto en la Asociación?

La verdad es que ha crecido mucho. El objetivo de la Procomar siempre ha sido realizar una atención integral, pero ahora contamos con especialistas para cada problema, escolarización de niños, español para adultos, empleo, asistencia jurídica… son servicios conjuntos y la misma persona pasa por todos ellos. De hecho, a los que no saben castellano prácticamente se les obliga a venir a las clases por medio de incentivos. Aquí les firmamos un papel de asistencia con el que demuestran su intención de integrarse y es muy útil para encontrar trabajo

Hay varias asociaciones de inmigrantes que tienen su sede en la misma zona ¿Qué tal es la coordinación?

La verdad es que buena y necesaria. Una buena coordinación evita duplicar recursos y esfuerzos. La formación de voluntariado, por ejemplo, la realizamos en conjunto con otras asociaciones. Además, al estar tan cerca, si no nos coordinásemos podríamos estar dando la misma ayuda a las mismas personas y nuestros recursos son limitados. Aunque yo creo que se hace bien. Por ejemplo, cuando ha desaparecido el español para inmigrantes de DESOD, otra Asociación, el resto nos hemos repartido a la gente para que no se quedara sin clase.

¿Cuáles son las claves para el trabajo con inmigrantes?

Lo más importante es recibirles, que se sientan acogidos. En mi caso, no dar importancia a si aprenden o no. No podemos buscar resultados inmediatos, pero hay que estar. La clave reside en las personas.

Se habla mucho de la palabra interculturalidad ¿Cree en ella?

Creo y mucho. La gente de otros países tiene mucho que enseñarnos. A través de la danza, la cocina… Es fundamental la participación de españoles e inmigrantes en asociaciones o en campamentos de verano para los niños. Aquí, por ejemplo, trabajamos con los mediadores culturales, personas de los principales países inmigrantes que colaboran en la resolución de conflictos. El principal problema es, por un lado, lingüístico y por otro de miedo a lo que no se conoce, tanto por su parte como por la nuestra.

¿Considera a Castilla y León una buena Comunidad de acogida?

La verdad es que sí. Puede que los reacios a la inmigración sean los que más hablan, pero en mi barrio, por ejemplo, la gente se vuelca con las campañas para atender necesidades y hay una continua colaboración para actividades. Claro que, hay que estar preparado para acoger. Cuando estaba en Inglaterra, vi como, al llegar un paquistaní a un edificio, los ingleses se marchaban, lo que dejaba un sitio para otro paquistaní. Finalmente había zonas enteras de la ciudad solo con inmigrantes. Esto puede ocurrir en barrios como Lavapiés en Madrid o el Rabal en Barcelona. Aquí estamos más lejos. Sin embargo, deberíamos tomar estas referencias para que no nos ocurra lo mismo y favorecer la integración.

¿Qué pasos deberíamos dar, como Comunidad, en materia de inmigración?

Es un trabajo conjunto entre las personas y las instituciones. Tenemos que darnos cuenta primero de que nos necesitamos los unos a los otros. El siguiente paso que yo veo más claro es el de prevenir los guetos. Es clave la formación de educadores para que a su vez formen a los más pequeños. La Junta debería permitir que los alumnos inmigrantes se repartiesen en varios centros. Sería fundamental. La integración ha de comenzar desde pequeños y ser integral.